Allá por los años 70, tuvo lugar un suceso que conmociono a la sociedad y que estuvo rodeado de cierto halo de misterio por los hechos que lo constituyeron.
La historia nos cuenta que por aquellos años y ante la escasez de aceite de oliva, se repartieron por parte del territorio español una serie de depósitos, bien públicos o bien alquilados a empresas privadas para almacenar el oro líquido, y en períodos dónde el aceite subía mucho de precio o cuando las cosechas eran malas se utilizaba dicho aceite. En Vigo, la empresa REACE (Refinería de aceites y grasas) disponía de unos cuantos bidones en la zona de Guixar donde se almacenaba y cuya extracción se hacía mediante levantamiento de acta y de un precinto que los bidones tenían. En un momento dado se hizo necesario utilizar dicho aceite. La sorpresa se la llevó D. José María Romero, director general de REACE al comprobar la falta de unos 4.000 millones de kilos de aceite. En ese momento interpuso la denuncia y el escándalo estaba servido un 25 de marzo de 1972.
Todo lo que ocurrió a continuación fueron una serie de hechos un tanto oscuros, parte de ellos no resueltos en la actualidad y en donde se vieron envueltos altas personalidades de la política y empresarios.
Cuatro días después de la denuncia, uno de los principales accionistas de REACE era detenido en un tren Madrid – Bilbao, Isidro Suárez como principal imputado. El caso lo llevó José María Gil Robles, el que fuera político derechista en la segunda república, ahora en labores de abogado en el que sería su gran fracaso frente a la justicia y es que, no en vano, había por detrás de todo este asunto, mucho dinero que se había estafado con el aceite estatal y muchos implicados que llegaban directamente a la familia Franco, en concreto, al hermano del dictador, Nicolás Franco Bahamonde.
Seis meses después de poner la demanda, aparece sospechosamente muerto José María Romero, el que interpusiera la denuncia. Aparece muerto él en su piso en Sevilla junto con el cadáver de su mujer y de su hija. En una carta de despedida del asesino-suicida afirmaba tener la conciencia tranquila por no tener nada que ver con el desfalco de REACE. El suicidio fue más que dudoso. El 27 de marzo de 1974 aparecía muerto en la prisión de el que fuera uno de los mayores accionistas de REACE y principal imputado, en lo que las versiones oficiales definieron como un accidente al resbalarse en las duchas de la cárcel y darse un golpe en la nuca, lo típico cuando aparece un cadáver totalmente vestido y seco. Por esas fechas también fallece en extrañas circunstancias un empresario vigués de una conservera que, supuestamente, compraba este aceite de REACE en el mercado negro, las causas, un ajuste de cuentas por un asunto de falda. Un taxista que era el encargado habitual de transportar a toda esta gente por la ciudad olívica apareció muerto en su taxi en las inmediaciones de lo que hoy se conoce como el Museo del Mar con tres impactos de bala. Y ya, unos cuantos años después fallecería Luis Mañas, el ex representante de los acreedores de REACE. Toda una serie de muertes en extrañas circunstancias que no hicieron más que calentar a la opinión pública.
Sin embargo, el principal sospechoso de este turbio asunto, Nicolás Franco Bahamonde, fallecería plácidamente en 1977 sin haber llegado a declarar por decisión del juez que se negó a que el hermanísimo del Generalísimo fuese procesado.
El sumario desapareció siendo presidente de la Audiencia Provincial de Vigo Mariano Rajoy Sobredo, padre de Mariano Rajoy. Actuaba como fiscal Cándido Conde Pumpido, padre del que fuera Fiscal General del Estado Cándido Conde Pumpido.