LA FÁBRICA DE MASSÓ EN CANGAS

La fábrica de conservas es un monumento industrial modernista. Fue inaugurado en 1942, y contaba con la última tecnología. Disponía de cámara frigorífica, una fábrica de envases y zona de varaderos para la reparación de la flota pesquera; un taller mecánico e instalaciones para la producción de harinas y aceites de pescado. Los trabajadores tenían un comedor y duchas y había un pequeño hotel para empleados y visitantes. Durante muchos años la sirena de la fábrica marcó el ritmo de la vida de Cangas.

FOTO FACILITADA POR EL AUTOR DEL ARTÍCULO
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La empresa comercializaba varias marcas, como Massó, Kairel, El Porrón, Gaviota o Massó Grand. A causa del éxito empresarial la familia invirtió en otros negocios, como los Tranvías Eléctricos de Vigo y de Pontevedra, la Molinera Gallega, en el Banco de Vigo y en la Compañía General de Carbones de Barcelona

Foto: Facilitada por el autor del artículo
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Entre las instalaciones del área, que ocupan una superficie de 183.000 metros cuadrados, también ostenta un lugar destacado la factoría ballenera. Los Massó empezaron a capturar cetáceos en 1955 y lo dejaron en agosto de 1983. Los terrenos de Punta Balea donde se encuentra la factoría pertenecieron a la familia Paganini.

Pero ni el edificio (ni las instalaciones anexas) tienen visos de volver a tener actividad económica, al menos de momento. Ahora pertenece a Abanca, que se quedó con el inmueble por la deuda de la promotora Marina Atlántica. La urbanización con puerto deportivo de lujo se quedó en proyecto.

En las fotos podemos una vista de la fábrica en la actualidad y los restos de la factoría de ballenas.

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JOSE MARÍA REY GORÍS
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