LA ISLA DE TAMBO, TAN CERCA, TAN LEJOS…

Los primeros indicios de habitación de la isla se encuentran en la zona más elevada de la isla, donde existen restos de un asentamiento castreño de la Edad de Hierro. En la edad media se construyó el monasterio benedictino de Santa María de Gracia fundado por San Fructuoso que se fue derruyendo con el paso de los siglos y del que queda todavía en pie la antigua iglesia monasterial dedicada a San Miguel y la magnífica fuente. Dicho monasterio fue destruido por los ataques del pirata Francis Drake.

En 1865 se establece una leprosería, cuyos restos se conservan todavía hacia el interior de la isla. Existe también un sepulcro antropomorfo medieval.

Tambo estuvo habitado hasta el siglo XVIII por gente proveniente de la vecina parroquia de Combarro (Poio), que siguieron trabajando durante mucho más tiempo las tierras de la isla tras haber abandonado la pequeña aldea que en ella habían establecido.

Etimológicamente, existe controversia sobre el origen del nombre de la isla. Algunos lo vinculan a Tálamon, padre de Teucro (fundador mitológico de la ciudad de Pontevedra). Otra versión de la etimología de Tambo indicaría que el nombre procedede “tombo” (túmulo)

Foto: Facilitada por el autor del artículo
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La isla fue de uso castrense desde mediados del siglo XX hasta 2002, cuando quedó oficialmente desmilitarizada. Entre las instalaciones militares había un polvorín subterráneo de la Marina, hoy abandonado y en ruinas.

Tiene varias casitas en la costa norte, alguna barraca y la casa del oficial donde se alojaba el oficial asignado a la patrulla de vigilancia de turno encargada de custodiar la isla.

Hasta mediados de década no se permitía acercarse a nadie a menos de 200 metros de la isla. Hoy en día pertenece al Ayuntamiento de Poio pero la vigilancia sigue estando a cargo de la Escuela Naval de la Armada en Marín y no se permite el desembarco.

La Xunta de Galicia ya le ha negado el valor natural suficiente para la integración en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas que defienden ayuntamientos y organizaciones ciudadanas

Foto: Facilitada por el autor del artículo
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El traspaso de Tambo a la Xunta de Galicia para uso público lleva años paralizado por la demanda de un particular, y la isla padece ahora mismo una situación ultrajante: aparte de ser una gran desconocida para sus vecinos, carece de figura alguna de protección medioambiental que la preserve, por ejemplo, del impacto de actividades tan cercanas como la del puerto comercial de Marín o la de la fábrica de celulosa de Pontevedra.

Así las cosas, la Xunta de Galicia ya le ha negado el valor natural suficiente para la integración en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas que defienden ayuntamientos y organizaciones ciudadanas, aunque esto no le resta un ápice de atractivo y de interés para convertirse (quién sabe cuándo) en un importante recurso turístico, pues en sus escasas treinta hectáreas guarda una parte de la historia de la comarca de Pontevedra que está por descubrir.

JOSE MARÍA REY GORÍS
JOSE MARÍA REY GORIS
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